NASRUDÍN
LA LEYENDA
Los cuentos donde figura Nasrudín son una parte muy popular de la cultura folklórica oral, desde Turquía hasta Afganistán. Idries Shah recopiló cientos de estos cuentos y los publicó en Occidente. Superficialmente, la mayoría son chistes; e incluso en Oriente se los considera por lo general de poca importancia. Sin embargo, Shah sostenía que también pueden usarse en estudios superiores, donde "por un momento detienen las situaciones en las que ciertos estados mentales son esclarecidos". Los cuentos de Nasrudin, escribe en Los Sufis, "tienden un puente entre la vida mundana y una transmutación de la conciencia de un modo que ninguna otra forma de literatura ha sido capaz de alcanzar hasta ahora." Las historias, como la mayoría del material Sufi, no tienen una moral didáctica, y se alienta a que las personas las observen desde diferentes ángulos e incluso a volver a ellas tras un par de años... extrayéndoles diferentes nutrientes en diversos momentos. Nasrudín mismo representa diferentes roles: a veces es el adepto; otras, la parte irreflexiva del cerebro.
Continúa Shah en Los Sufis: "la intención del corpus es la de proveer una base para poner a disposición la actitud Sufi ante la vida y para hacer posible el logro de la realización y la experiencia mística Súficas." Los chistes, dice, son capaces de deslizarse bajo la barrera del "Viejo villano", la red de suposiciones y pensamiento automático bajo la cual vivimos la mayoría de nosotros.

NUEVAS EDICIONES
Un día el Mulá entró a una tienda.
El propietario se acercó para atenderlo.
“Lo primero es lo primero”, dijo Nasrudín. ¿Me viste entrar a tu tienda?”
“Por supuesto.”
“¿Me habías visto alguna otra vez?”
“Ni una sola en toda mi vida.”
“Entonces, ¿cómo sabes que soy yo?”